Soy una persona que suele sobre pensar mucho las cosas y en diversos momentos de mi vida me hice esa pregunta: ¿Qué haría/pasaría/sentiría en el momento en el que ella ya no estuviera conmigo? Y debo aclarar que no es algo que yo deseara o esperara, pero es parte de mi persona, el estar imaginando toda clase de escenarios para no ser tomada por sorpresa ante cualquier adversidad. Confieso que evidentemente las respuestas a esta pregunta eran sobre llorar, sufrir y sentirme sola; pero en definitiva, una vez que pasa, te das cuenta que las cosas no son ni mínimamente como creíste que pasarían.
Cada persona vive su duelo de diferentes formas: desde pasar un momento tranquilo, a solas, tomar las cosas con sabiduría e incluso vivir las cosas como si nada hubiera ocurrido. Existen diferentes etapas por las cuales atravesamos después de la pérdida de un ser querido, como el enojo, la negación, la resignación, entre otros que sinceramente en este momento no recuerdo. Por otro lado, es cierto que no todos vemos a la muerte de la misma forma y tampoco la superamos de la misma forma. En mi caso debo reconocer que ha sido un tema tan complicado, que he tenido que recurrir a ayuda psicológica para ver si puedo comenzar a superarlo.
Tal vez en algún momento pueda escribir sobre los meses previos a su fallecimiento y lo difícil que ha sido, tanto antes, como después de lo ocurrido. Solo se que, los meses siguen transcurriendo, sigo escribiendo, recordándola y aun sigo llorándole como el primer día. Soy una persona a la que le cuesta mucho decir lo que siente, ya que el temor de aburrir o importunar a otra persona, invade mis pensamientos, al sentirme una intrusa o que digan “ya está hablando de lo mismo, ya que lo supere” así que sí, me he guardado tantas cosas que hay días en que todo eso me supera al punto de no saber cómo seguir adelante.
Así que, a pesar de las horas, los días y los meses, aún siento que tengo las emociones a flor de piel; sigo viviendo mi vida, aunque muchas veces me pregunto si todo lo que estoy pasando realmente vale la pena, si de verdad cuento con la gente que en su momento me dijo que me daban todo su apoyo, si todas las palabras que escuché en el funeral fueron de corazón o simplemente fueron recitadas para calmar mi dolor. Solo se que hay días en los que me cuestiono si todo esto que pasó era necesario, si no fue demasiado pronto, si fue la forma correcta en la que ella partió, si hice las cosas bien o si realmente no di todo lo que podía dar para que esto no pasara… en fin.
Tomo un suspiro antes de que mis pensamientos se desborden nuevamente, pensando en que un día de estos escribiré otra entrada, tal vez un poco más tranquila o quizás más conmocionada. Mañana tengo mi primera reunión en el grupo de ayuda, ya hice parte de mi tarea y espero con todo el corazón encontrar en ese grupo parte de la paz y la tranquilidad que llevo buscando desde el principio de todo esto.